Marcos Rojo y Chiquito Romero fueron compañeros en Boca, en el United y en la Selección Argentina. Se hicieron muy amigos y hoy viven el sueño de pelear ni más ni menos que una Copa Libertadores. Antes Racing, los dos jugaron un partidazo. El misionero lució en la tanda de penales y Marcos brindó seguridad los 90' y además liquidó la serie que metió a Boca en semifinales. Sin embargo, hay un deseo que les queda cumplir: Rojo, Romero y la "revancha" de levantar la Copa en el Maracaná.
Marcos y Chiquito aún tienen una deuda por cumplir. En el Mundial 2014, Rojo y Romero eran titulares en la Selección Argentina de Alejandro Sabella que cayó en tiempo suplementario en Brasil en la final frente a Alemania. El encuentro se disputó en el Maracaná, donde también se disputará -a partido único- la final de la Copa Libertadores 2023.
Rojo y Romero van por la revancha
Por ese motivo, Marcos Rojo ya empezó a soñar con un desquite en tierras brasileñas. Antes, claro, Boca deberá superar en semifinales a Palmeiras, uno de los equipos más poderosos que tiene el Continente. Pero en caso de superar al Verdao, todo se definirá en el mítico estadio de Río de Janeiro.
"Estoy seguro de que si en la final del Mundial 2014 íbamos a penales, lo ganábamos. A Chiquito hay que disfrutarlo, es un jugador con mucha confianza, con mucha personalidad, y de una gran trayectoria. Y le transmite esa confianza a los compañeros, en especial a los más jóvenes, les da mucha seguridad. ¿Dar la vuelta en el Maracaná? Con Chiquito nos merecemos esa revancha, vamos a trabajar para eso", contó Rojo en ESPN.
Marcos, además, confió que Chiquito Romero le había avisado en la merienda previa al encuentro que atajaría dos penales. Fue en una charla a solas en el Hotel Intercontinental, aunque luego el arquero repitió sus palabras delante de todo el grupo. "Chiquito nos dijo que iba a atajar dos penales. Yo le prometí el cero en el arco y él me respondió que, si no nos hacían goles en los 90', él los penales los atajaba. Es una bestia", lo elogió.
Por último, Rojo se refirió a la posibilidad histórica de levantar la Séptima como capitán de Boca y darle una alegría a su papá, Titi, fanático del Xeneize. "De chico miraba mucho los partidos de Boca con mi viejo, lo seguíamos siempre, y hoy estar viviendo esto es un sueño para mí y para mi familia. Quedan tres partidos y hay que dejar la vida, estamos entre los cuatro mejores de América", se emocionó.
Para Rojo y Romero, la "revancha" de levantar la Copa en el Maracaná está más cerca que nunca. La cita es el sábado 4 de noviembre. Y todo Boca buscará cumplirles ese deseo.