Si se terminó de reconfirmar este jueves por la tarde es porque en el medio se presentaron muchas dudas, internas y pujas políticas en Brasil. Sin embargo, por la tarde ya quedó todo decidido y se mantendrá el plantel original. Confirmado: la final de la Libertadores entre Boca y Fluminense se jugará finalmente en el Maracaná.
Si el mítico estadio estuvo en dudo por un momento fue en primera medida por el estado del campo de juego, algo más simple de solucionar, pero sobre todo por la situación que planteó Flamengo, el otro equipo brasileño que al igual que el Flu alquila esa cancha.
¿Que pretendía? Poder jugar normalmente el partido contra Bragantino por el Brasileirao el 28 de octubre (una semana antes de la gran final), es decir, no mudarse y no permitir que el campo reciba un tratamiento de mejora en el suelo; y también su dirigencia exigió a la organización más entradas que las que recibirán Boca y Fluminense (20 mil cada uno) por ser, obviamente, los verdaderos protagonistas.
la final de la LIbertadores, en el Maracaná
Por eso inmediatamente tomó partido la Conmebol y a través de Alejandro Domínguez le dejó claro a Ednaldo Rodrigues, presidete de la Federación Brasileña, que si no se resuelve en lo inmediato el estado del campo de juego y más que nada la situación de Flamengo, la final podría cambiar de sede.
Pero todo, por lo visto, parece haber quedado nada más que en una advertencia. ¿Por qué? Porque este mismo jueves por la tarde, y luego de una reunión que mantuvo la Conmebol con dirigentes de ambos clubes (Juan Román Riquelme viajó exclusivamente para estar junto a Chiqui Tapia y también a Mario Bittencourt, presidente del Flu), se decidió que todo quedara tal cual está: que la final siga siendo en el Maracaná el próximo 4 de noviembre desde las 17, pero con la promesa de que la Federación Brasileña de Fútbol resuelva lo antes posible los entredichos con Flamengo.
“Alineamos los detalles de esta gran fiesta deportiva que se vivirá en Río de Janeiro el próximo 4 de noviembre en el mítico estadio Maracaná”, despejó todo tipo de duda el propio Alejandro Domínguez, que posó al lado de Riquelme con la Copa Libertadores en sus manos.
Así las cosas, Río de Janeiro, en donde se espera una invasión de hinchas de Boca, seguirá siendo la ciudad elegida para la final de la Libertadores.
La palabra de Riquelme: "Es la copa más linda del mundo"
"Para nosotros como club es muy importante estar en la Final, soñamos llegar a la final de la Conmebol Libertadores, para mí, personalmente, es la copa más linda del mundo. Sabemos que nuestra gente va a ir a acompañar, vamos a hacer todo lo posible para que sea una fiesta y que sea un partido de fútbol que podamos disfrutarlo y en el que gane el mejor", dijo el vicepresidente de Boca.
La reunión por la final de la Libertadores
Más allá de confirmar la fecha del partido, la reunión en Conmebol con dirigentes de ambos clubes sirvió también para pautar cuestiones organizativas, de logística y de seguridad de la final.
Es decir, se habló del traslado y hospedaje de los planteles, de los campos de entrenamiento habilitados para cada uno de los equipos, las actividades de prensa, la ubicación, las indumentarias y los puntos de encuentro de las hinchadas, entre otras cosas.
La seguridad, por lo pronto, fue otro de los ítems que se trató en la reunión que se llevó a cabo en Paraguay. La coordinación entre la Policia de Río de Janeiro y de Brasil fue uno de los puntos a coordinar.