Todos los flashes se fuero con él. Con su festejo, con sus voladas, con esas dos tapadas top que metieron al Xeneize en una nueva final de Libertadores. Chiquito Romero volvió a ser el héroe de Boca en la definición por penales vs Palmeiras e hizo feliz a la Mitad Más Uno del país. Entre ellos, claro, a su mujer, una de las primeras personas en felicitarlo por el logro.
Chiquito Romero y Eliana Guercio se conocieron en 2008 en un boliche de Comodor Rivadavia y desde entonces escriben una historia de amor que ya lleva 15 años y cuatro hijos en común. La exvedette es la hincha N° 1 de su marido: lo alienta desde la tribuna en todos los partidos de local y a la distancia en los encuentros de la Copa Libertadores. Y esta vez, claro, no fue la excepción.
Este viernes, al retornar a la Argentina, Chiquito Romero volvió a hablar con la prensa y contó el diálogo que tuvo con su esposa después de su brillante actuación en los penales vs Palmeiras. "Mi señora lo primero que me dijo cuando me atendió el teléfono fue que había sido a lo Boca, así que habrá sido a lo Boca", respondió el arquero ante la consulta de un periodista sobre el modo en que se había dado la clasificación: si jugando bien o "a lo Boca".
Romero, héroe en los penales y con hinchada propia
Chiquito fue directo del aeropuerto a los estudios de La 100, donde Eliana Guercio es panelista del programa El Club del Moro. Ya en los estudios, Romero recordó el sacrificio que tuvo que hacer para reponerse de sus lesiones y Guercio no pudo contener las lágrimas.
"Gracias a esa operación de (Jorge) Batista, que me devolvió una rodilla nueva, hoy puedo estar disfrutando en familia, con la gente. De hecho, me ha dicho mucha gente que trascendí los colores. Yo soy hincha de Racing, pero trascendí los colores. Me saco fotos con gente de Independiente, de San Lorenzo, de Huracán…", decía Romero.
Guercio, sentada a su lado, se quebró. "Yo conozco el laburo y el no bajar los brazos de él. Más allá de lo que una puede colaborar, si no está en él esa fuerza interior, es imposible. Él tuvo de verdad un laburo de locos durante muchos años. Vivir con dolor fue muy duro, y después se acostumbró. Esto me hace feliz porque sé que él lo puede disfrutar, no llega a casa y se pone hielo", explicó.
A lo Boca, claro, se vive mejor.