No pudo ser. La fiesta que la gente armó en las tribunas no pudo trasladarse al campo de juego. Boca dejó todo, pero perdió 2-1 con Fluminense en la final de la Copa Libertadores. El Xeneize comenzó abajo en el marcador con gol de Germán Cano, lo empató con un remate cruzado de Luis Advíncula y luego John Kennedy, en el primer tiempo suplementario, le puso cifras definitivas en el Maracaná.
Duele por los hinchas. Por los más de 100.000 bosteros que viajaron a Brasil a acompañar al equipo de Almirón y que sufrieron todo tipo de agresiones en la previa del partido. Duele por los pibes. Por Valentini, Barco, Equi, Medina, de lo mejor del equipo en el año. Duele por Advíncula, que dejó la piel en cada pelota y metió un golazo para empatar la final. Duele por Chiquito Romero, figura excluyente de Boca en la Copa que no pudo hacer nada pare evitar la derrota y hasta fue al área contraria a intentar cabecear el último centro.
Pero más duele por el escudo. Porque se perdió otra final. Porque hace 16 años se levantó la última Libertadores. Y porque parece que no hay caso. Boca hizo un partido parejo. Buscó plantar batalla en la mitad de la cancha y repartió la tenencia y las ocasiones claras de gol. Pero Fluminense fue más efectivo. Y tal vez, más inteligente.
Boca jugó una final pareja, pero cayó con Fluminense
No fue un buen partido de Cavani, tampoco del Colo Barco. Pero quien volvió a salir en la foto de la derrota fue Frank Fabra, otra vez expulsado por una tontería en una instancia clave de la Copa. El colombiano pegó un cachetazo en medio de un borbollón en el área y el árbitro Roldán lo echó a instancias del VAR. Fluminense ya jugaba con diez por la expulsión de Kennedy, que ya tenía amarilla y saltó a la tribuna a celebrar el 2-1.
Ya habrá tiempo para analizar más fríamente el partido. Las decisiones de Almirón que, lejos de favorecer al equipo, lo perjudicaron. La salida de Nico Figal sobre el final cuando era quien más empuja a Boca contra el arco de Fábio.
La gente de Boca merecía otra final. El equipo, tal vez, también. Pero no se dio. Boca perdió la final con Fluminense y se quedó con las ganas de dar la vuelta. Ahora, a levantar cabeza. Y a volver a dejar a Boca en lo más alto del continente.