No estaba en los planes, por lo menos de los casi 50 mil hinchas que colmaron la Bombonera para ver la Selección. Pero pasó. Y fue tremendo. Juan Román Riquelme les entregó placas a Lionel Messi y a Dibu Martínez en el partido contra Uruguay por las Eliminatorias Sudamericanas.
Fue antes del partido y en el campo de juego. Riquelme, que pocas veces se lo vio en el campo de juego en su faceta como dirigente de Boca, esta vez bajó a la cancha. Y bajó con todo: junto al Chiqui Tapia fue uno de los encargados de entregarle los homenajes a los dos jugadores símbolos de esta Selección campeona del mundo.
Las placas que Riquelme les entregó a Messi y a Dibu Martínez fueron por el Balón de Oro que ganó Leo en las últimas semanas y porque el 1 fue elegido el mejor arquero del mundo.
Así las cosas, Riquelme y Messi se dieron el lujo de volver a posar nada menos que en una Bombonera colmada, tal como había pasado en junio de este año en la despedida de Román.
De las placas a Messi y Dibu Martínez a la alegría de Riquelme
Fue poco habitual verlo a Román así. Sonriente, alegre, demostrativo. De hecho, entregarles las placas a Messi y a Dibu Martínez no fue lo único que hizo en el campo de juego...
Más que nunca, la Bombonera pareció el jardín su casa: también en la previa, lo empujó en broma de atrás a Walter Samuel, ayudante de Lionel Scaloni y con quien el Topo Gigio vivió las épocas doradas de Carlos Bianchi en Boca.
Pero también abrazó afectuosamente a Pablo Aimar, uno de los mejores socios y amigos que le dio el fútbol al vicepresidente de Boca. Lo mismo ocurrió con el Ratón Ayala, con quien JR compartió el Mundial de Alemania 2006 y también con los otros asistentes del cuerpo técnico campeón del mundo.
Sí, Román está felí. Re felí.