Es una espina molesta. Rara. Increíble. Es una vieja espina que Boca y Riquelme quieren sacarse con San Lorenzo, este sábado desde las 17 en la Bombonera, por la fecha 12 de la Copa de la Liga. La espina por no haberle ganado durante el primer mandato y por una serie de "curiosidades" que se dieron en este clásico.
La primera, claro, es que los últimos triunfos de Boca sobre San Lorenzo se dieron en 2019, con Gustavo Alfaro como entrenador. Fueron 3-0 de local con goles de Zárate, Nández y Villa, y 2-0 de visitante con tantos de Lisandro López y Hurtado. Después, bajo la gestión de Ameal y Riquelme, pasaron cuatro partidos con tres derrotas y un empate.
La primera rareza del historial de este clásico es que de los últimos ocho partidos apenas dos fueron en la Bombonera. Por esas desprolijidades y/o vivezas en el armado del calendario del fútbol argentino, Boca vuelve este sábado a recibir al Ciclón por primera vez desde 2021.
Y la espina no es solamente porque es al único clásico rival al que Román no le ganó y porque a su club lo durmieron en las confecciones de los fixture anteriores, sino porque esa última vez en el Templo con San Lorenzo fue la vez que tuvieron que jugar los juveniles de la Reserva.
Fue derrota 2-0 del equipo dirigido ocasionalmente por Sebastián Battaglia, en medio de la pandemia de COVID-19. Mientras Miguel Russo y los jugadores profesionales se encontraban aislados por haber roto la burbuja en la pelea con Atlético Mineiro en los pasillos del Mineirao.