El 20 de septiembre de 1931 se disputó el primer superclásico de la historia del Profesionalismo. El partido se jugó en la vieja cancha del Xeneize y tuvo como ganador al conjunto azul y oro. Sin embargo, el encuentro duró apenas 28' y terminó en escándalo. Este miércoles se cumplen 92 años del primer abandono de River contra Boca.
El primer clásico de la historia profesional tuvo lugar en el antiguo estadio de Boca ubicado en Brandsen y Del Crucero, hoy Del Valle Iberlucea. El país se paralizó y la convocatoria superó largamente las 50.000 personas. La mayoría, del Xeneize, que ese año se consagraría campeón.
En el partido de Segunda (actual Reserva) se dieron los primeros encontronazos. A falta de media hora para el final, futbolistas de los dos equipos se trenzaron en una pelea cuerpo a cuerpo y el partido no pudo continuar. Boca ganaba 2 a 1 y estaba para meter el tercero. Disgustados con la decisión del árbitro, algunos hinchas de River amenazaron con prender fuego las tribunas del estadio, situación que fue rápidamente abortada por la Policía.
El clásico de Primera no fue menos accidentado. Todo marchaba bien hasta los 16' del primer tiempo, cuando Carlos Peucelle puso arriba al Millonario con un fuerte disparo cruzado. Hasta ahí, nada del otro mundo. Pocos minutos después se daría el primer abandono de Boca vs River.
Así fue el primer abandono de Boca vs River
A los 28', Francisco Varallo fue derribado por el defensor de River José Baldivares y el juez Enrique Escola no dudó: penal para Boca. La sanción fue airadamente discutida por los futbolistas del Millonario, aunque no hubo vuelta atrás. Pancho Varallo se hizo cargo del penal y, tras fallar en primera instancia, aprovechó el rebote del arquero Jorge Iribarren para estampar el 1 a 1. Mientras los jugadores de Boca celebraban, los de River rodearon al árbitro y reclamaron una supuesta infracción de Varallo contra Iribarren, que no había existido.
¿Cómo terminó la historia? Baldivares, Pedro Lago y Camilo Bonelli vieron la roja por agredir física y verbalmente al árbitro. Lo insultaron, lo escupieron y le aplicaron tres puntapiés. A modo de protesta, los futbolistas se negaron a retirarse del campo y Escola, sin otro remedio, dio por finalizado el encuentro. Sí, River abandonó y Boca se quedó con la victoria.
El Millonario buscó forzar la suspensión y, como no podía ser de otra manera, intentar ganar los puntos en los escritorios. Aun así, el Tribunal de Honor de la Liga Argentina de Football (la vieja AFA) falló a favor del Xeneize. Y lejos de darle la razón a River, lo castigó. Respaldó la decisión de Scola y le dio el partido ganado con el gol de rebote de Varallo.