Fue un mes. Largo e intenso. Desde esa última fecha de la Copa de la Liga ante Godoy Cruz hasta esta vuelta a la Bombonera para recibir a Fortaleza por la Copa Sudamericana, y el recibimiento se espera a la altura de la historia de Boca luego de haber eliminado una vez más a River.
Sin insultos ni silbidos al entrenador, sin abucheos en un estadio que armó una fiesta incluso después de haber perdido la final de la Copa Libertadores con Fluminense. Tampoco aplausos para las cámaras. Pochoclo ni sushi. Chori, bondiola, pan, chimi, Paty y fernet en las calles del barrio.
Atrás desde la última vez quedaron el mencionado triunfo 3-2 ante River en los cuartos de final, después la derrota 4-2 con Fortaleza en Brasil, el empate 1-1 y la caída por penales frente a Estudiantes en la semifinal, el triunfo agónico 2-1 frente Sportivo Trinidense, y el tropiezo 1-0 en el inicio de la Liga Profesional vs Atlético Tucumán.
Cinco partidos con tres derrotas (una por penales) y dos victorias. Hasta llegar de nuevo a Fortaleza. En esta "final" por el primer puesto del Grupo D de la Sudamericana. Para evitar los playoff contra un tercero de la fase de grupos de la Libertadores.